El carbono vegetal hace que los suelos sean más fértiles, estabiliza los nutrientes y optimiza el rendimiento de los gases: una ventaja para la agricultura.
Cada árbol cuenta. Plantamos árboles resistentes al clima y preparados para el futuro, con biocarbón en la zona radicular para empezar con buen pie.
Nuestros sistemas suministran calor y electricidad ecológicos: planificables, descentralizados e ideales para el suministro energético del mañana.
Sumideros de carbono certificados con un efecto duradero: nuestro biocarbón crea certificados de CO₂ creíbles. Certificados de CO₂.
Bosques pequeños, gran impacto: el biocarbón ayuda a los bosques jóvenes de la ciudad a crecer, en beneficio del clima, la biodiversidad y las personas
Sin turba, respetuoso con el clima, regional - nuestro suelo especial con biocarbón y césped VfB original realmente marca la diferencia.
Ahorre agua, reduzca el mantenimiento y mejore la calidad del juego: con el biocarbón, el terreno de juego se convierte en un protector del clima.
Cuando los árboles urbanos sufren, nosotros les ayudamos: con aire, agua, mejora del suelo... y biocarbón como refuerzo para la supervivencia.
La vegetación de los márgenes de las carreteras, las podas y los recortes de madera se convierten en valiosa biomasa: el primer paso hacia un sumidero de carbono.
Con nuestra tecnología de pirólisis, convertimos la biomasa en biocarbón y generamos energía utilizable al mismo tiempo.
Las vides adoran un buen suelo. Nuestro biocarbón aporta estructura, capacidad de retención de agua y vida microbiana al viñedo.